Ubicada en Uruñuela, en el corazón de la Rioja Alta, se encuentra Bodega Martínez Corta. Un proyecto familiar que simboliza todo un trayecto iniciado con la plantación de las primeras viñas en las laderas situadas en la ribera del río Najerilla.
Una bodega del siglo XXI con profundas raíces y una sabiduría almacenada durante cuatro generaciones dedicadas a la viticultura; un bagaje lleno de historias, añadas memorables y alguna que otra tormenta, que enriquecen cada uno de los vinos.
Para ello cuenta con una innovadora bodega, con una particular planta octogonal rodeada por un paisaje adornado por el viñedo. Una combinación perfecta entre modernidad y tradición que refleja el espíritu de la marca.
Para la elaboración de sus grandes vinos, Martínez Corta dispone de viñedos centenarios, cuyas raíces que se fortalecen con el transcurrir del tiempo, se extienden a lo largo del tiempo uniendo pasado, presente y futuro.
Viñedos localizados en una zona excepcional, entre los ríos Ebro y Najerilla. Un ambiente especial, distinguido por la humedad del mismo y los factores topográficos que generan condiciones climáticas muy particulares, la mezcla de inviernos suaves y veranos cálidos y secos y las fuertes variaciones térmicas entre el día y la noche en la época de maduración.
A esto se suma la equilibrada pluviometría; el suelo calcáreo y arcilloso, pobre y muy sano, ideal para el cultivo de la vid, pues garantiza cosechas de baja productividad y alta calidad y, la orientación sur de los viñedos que contribuye con el máximo aprovechamiento de la luminosidad.
Una serie de aspectos que en conjunto favorecen la creación de una gama de vinos enraizados en la tradición pero con un marcado carácter contemporáneo, con complejidad y rasgos propios.
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