En Labastida, Álava, está ubicada Bodegas Manuel Quintano, una bodega pensada con la finalidad de elaborar vinos singulares.
Sus inicios datan del año 1786, fecha en la que la enología riojana comienza a hacer cambios gracias a los aportes de Don Manuel Quintano, un clérigo investigador perteneciente a una familia con importantes propiedades agrícolas, entre ellas, viñedos; que demostró el enorme potencial de crianza con el que contaban los vinos de la zona.
Entre las contribuciones de Quintano está la aplicación, por primera vez en su bodega de Labastida, de las técnicas bordelesas aprendidas en sus viajes de investigación, con el fin de lograr un correcto y eficaz sistema de crianza de los vinos, a través del cual se consiguiera aprisionar el carácter de la uva en un vino.
Una idea que es replicada en los vinos que honran el nombre de Don Manuel Quintano, manteniendo su espíritu pionero para elaborar, cada día, mejores vinos. Para ello se dispone de tierras que son arropadas por la sierra del Toloño, cuyas características garantizan el cultivo de uvas con carácter, fieles al reflejo de su terruño, de las variedades Tempranillo principalmente y una pequeña cantidad de Garnacha y Mazuelo.
Viñas que han sido seleccionadas según la edad, comenzando con las de más antigüedad, las distintas altitudes de los viñedos y su orientación; tal que se logre obtener un fruto en un perfecto estado de maduración que será procesado cuidadosa y controladamente.
Con el propósito de crear excelentes vinos, Bodegas Manuel Quintano posee unas instalaciones idóneas que se han ido modernizando y mejorando a lo largo del tiempo, hasta llegar a una estructura como la actual, con depósitos de acero inoxidable, equipo de frío para controlar la temperatura de fermentación y una nueva planta de embotellado.
Una bodega moderna, diseñada en función de las características de los viñedos y de las variedades de la uva, con una estructura que permite controlar el proceso de elaboración desde su origen.
Es así como cuenta con perfectas condiciones de conservación de la zona más antigua de elaboración fabricada en hormigón, lo que ha permitido volver al pasado y recuperar la artesanía de los primeros años de historia. Asimismo, se tienen depósitos que aportan unas condiciones ideales de inercia térmica y microoxigenación para elaborar, madurar y estabilizar de manera natural los vinos.
Además, se emplean técnicas de producción integrada que respetan el ecosistema al mismo tiempo que se alcanza un mayor control de la viña y del terreno, consiguiendo de esta manera una uva de mayor calidad, ideal para elaborar los vinos Q de Quintano, Manuel Quintano El Pionero, Manuel Quintano Blanco, Manuel Quintano Cepas Viejas Garnacha, Manuel Quintano Selección Particular y Manuel Quintano Reserva.
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