Clos de l’Obac

Bodegas Clos de l’Obac en D.O. Ca. Priorat

Al sur de Cataluña, entre la cordillera litoral y prelitoral en el Priorat, se encuentran ubicadas las bodegas Clos de L’obac. Localizada a una altura de 350 metros, el terreno está formado por excelentes sustratos en el suelo, una geografía fuerte y ciertas características organolépticas, que ofrecen al vino de las bodegas una personalidad única y singular.

El equipo de la bodega, conformado en parte por 5 profesionales en el sector de la enología, ha desarrollado la formación, elaboración y crianza adecuada de los caldos; que, en 1993, alcanzaron un puesto dentro de los 150 mejores vinos del mundo en la Guía Mundial del vino. Este estatus lo han mantenido desde entonces, siendo muestra clara de la excelencia y calidad de sus productos, tanto en la zona, como a nivel internacional.

Además, en las bodegas Clos de L’obac, también es posible reservar y organizar visitas y catas; en las cuales, para saborear su distinguido sabor, han planteado diferentes alternativas para potenciar la experiencia vinifera de la bodega, llevando el sabor del vino más allá del paladar.

Vino y viñedos

Los vinos producidos en las bodegas Clos de l’Obac cuentan con un patrón de elaboración que otorga una potencia, estructura y complejidad extraordinarias a su mezcla. Sus vinos ofrecen características de una diversidad de orientaciones, producto de los 7 viñedos plantados alrededor del pueblo de Gratallops, en los que se cultivan variedades de: Garnacha, Cabernet Sauvignon, Shiraz, Merlot y Cariñena. Todo esto confiere a sus vinos una combinación de carácter prioratino inigualable, que presenta un sabor, personalidad y finura de altura.

Así, los vinos de la bodega siguen un sistema de coupage, que se fundamenta cada año en un patrón de repetición de las variedades en porcentajes de uvas según sus coupages específicos. De esta manera, los vinos elaborados presentan las características climatológicas de la zona, junto a la geografía continental y mediterránea. Esto les otorga un contraste a su personalidad y el carácter de sus caldos, añadiendo trazos diferenciales que posteriormente, en la zona de crianza, logran la estabilización de manera natural.