En Temocodá en Santa Cruz de Tenerife se encuentra Bodega Altos de Chipude, una empresa que quiere brindar con el fruto de una tierra fértil y singular donde reina la bruma y la brisa.
Sus inicios se remontan al año 1955 cuando nace la ilusión de tener viñedos propios y elaborar vino artesanalmente a partir de estos, lo que se hizo realidad con la plantación de las cepas de la finca del Rajadero, cuyos viñedos hoy en día forman parte de esta aventura.
Posteriormente, en el 2014 se construye la propia bodega, elaborándose el primer vino en 2019, Rajadero, en honor a la primera finca de los viñedos y al creador de este proyecto.
Altos de Chipude es una bodega que se distingue por la manera en cómo ha fusionado la tradición y la herencia del conocimiento con la tecnología, la innovación y el respeto por el medio ambiente.
Es así como se ha logrado crear la variedad local Forastera Gomera, única en el mundo con más de 500 años de antigüedad, que junto a la Listán Blanco de Canarias da origen al vino Rajadero, un blanco que llega al corazón antes que al paladar.
De esta manera la bodega logra dar continuidad a la tradición familiar y acervo acumulado durante generaciones con el fin de conseguir un producto único que refleje la idiosincrasia de su tierra y sus raíces, poniendo en valor las variedades vitivinícolas endémicas de la isla y elaborando un vino que esté a la altura de ese reto: Rajadero y La Montaña.
Una filosofía que se manifiesta en las instalaciones ubicadas en el mismo lugar que los antecesores familiares fundaron la primera bodega, donde destaca la tecnología, el cuidado con el medio ambiente y la conservación del aroma de antaño.
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