En el año 1989, la empresa de Manuel Padín y Carmen Garrido ubicada en Dena, Pontevedra, se transforma en Bodegas Pablo Padín, para continuar elaborando vino albariño.
Se trata de una bodega que inició en la década de los 80 cuando la familia Padín-Garrido puso en marcha un pequeño proyecto empresarial a partir del conocimiento y la experiencia acumulados a lo largo de los años produciendo su propio vino artesanalmente.
Un proyecto que posteriormente fue dotado de una mejor infraestructura y de tecnología de vanguardia, que aunado a un gran equipo de profesionales, hacen posible fabricar unos de los vinos Rias Baixas más reconocidos por prestigiosos concursos internacionales y críticos especializados.
Bodegas Pablo Padín comenzó a elaborar sus vinos de forma artesanal siguiendo los métodos tradicionales que se empleaban en la familia. No obstante, el progreso de la empresa ha requerido la introducción de tecnología de vanguardia y modernas infraestructuras, con el fin de mejorar aún más la calidad de los vinos albariños.
Para ello antes de la vendimia, se analizan todas las parcelas de viñedo, estableciendo aquellas que reúnen las mejores condiciones para elaborar cada vino y así poder luego recolectar la uva a mano y transportarla en cajas ventiladas para resguardar la calidad.
En Bodegas Pablo Padín bajo un estricto control de calidad, la uva se analiza detalladamente, seleccionando en mesa los racimos aptos para vinificar, despalillar, clasificar, macerar en frío a una temperatura constante y obtener el mosto flor para el vino Segrel Ámbar y el mosto de primera para el albariño Segrel.
Estos mostos se fermentan en cubas de acero inoxidable a temperatura controlada y se crían el tiempo necesario hasta su embotellado en pequeñas cantidades a lo largo del año, manteniéndose en salas de conservación y de elaboración climatizadas para retrasar su envejecimiento.
Es así como se consiguen los albariños Segrel y Eiral, unos vinos frescos, intensamente aromáticos, equilibrados y excelente paladar, con una elegante punta de acidez para mantenerlos vivos y sabrosos:
Además, Bodegas Pablo Padín ofrece una gama de aguardientes procedentes de los bagazos y amparados por la D.O. Orujo de Galicia, que se completa con licores tradicionales y de gustos más contemporáneos fruto del estudio de recetas heredadas de los maestros aguardienteros gallegos. Asimismo, es pionera en la elaboración de un albariño BRUT, al fusionar el mèthode traditionnelle de los grandes Champagne franceses o los Cava españoles, con todo el potencial de la uva del Valle del Salnés.
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