Dehesa de los Canónigos, es una de las grandes fincas históricas de la Ribera del Duero, ubicada en Pesquera de Duero. Su nombre encierra una larga historia que se remonta a su primer propietario, el Cabildo de la Catedral de Valladolid, de cuyas manos pasó en el siglo XIX al empresario vasco Toribio de Lecanda y Campo, quien la traspasó en 1859 a su hijo Teodosio Lecanda Chaves, quien construyó la casa que hoy se conserva como vivienda familiar.
Fue en este lugar donde por primera vez se plantó vid en la repoblación del Duero tras la llegada de la filoxera en el siglo XVIII, con vides procedentes del Valle de Napa en California utilizadas como patrón e injertadas con viníferas traídas de Francia por Toribio Lecanda.
Una historia representada en su arquitectura, que sirvió de cimiento para reconstruirla poco a poco, hasta albergar lo que es la bodega hoy día. Un espacio en el que tras pasar por varias manos, Luis Sanz Busto comenzó a plantar más viñas, sacando al mercado en 1989 la primera añada de Dehesa de los Canónigos. Dando inicio a una trayectoria familiar heredada por dos de sus hijos, quienes con una gran vocación han dado continuidad al proyecto familiar que se refleja en cada uno de los vinos.
La Bodega Dehesa de los Canónigos, es un lugar único en el que se lleva a cabo un cuidadoso proceso para asegurar la integridad del fruto; tal que se preserve la máxima expresión de las singularidades de cada una de las parcelas ubicadas en un viñedo cultivado en ecológico, situado sobre la falda de una ladera con influencia del clima mediterráneo-continental, ideal para el buen desarrollo y maduración de las uvas.
La composición heterogénea de los suelos del viñedo y las diferentes edades de las viñas, son los factores que establecen las particularidades de cada una de las parcelas; en las que resalta la composición caliza, que confiere a los vinos de Dehesa de los Canónigos finura, elegancia y aptitud para la crianza.
Aunado a ello, se realiza un proceso meticuloso que ayuda a conservar la integridad del fruto, extrayendo la máxima esencia de cada cepa y garantizando una alta calidad en las cosechas; en las que predomina la variedad Tempranillo, un clon de la tinta fina. Así como, otras variedades minoritarias como la Merlot, Cabernet Sauvignon y la variedad blanca Albillo Mayor.
Como una manera de proyectar al entorno el trabajo y compromiso familiar que impregnan a cada una de las botellas de vino, Dehesa de los Canónigos abre sus puertas al público para que tengan la oportunidad de sentir la Dehesa, vivan su historia, conozcan el viñedo, el proceso de elaboración de los vinos, los prueben y disfruten a través de distintas actividades:
Por otra parte, la Dehesa al natural permite una conexión con la finca y su entorno, con el ecosistema, a través de actividades como: servicio de alquiler de bicicletas para hacer un recorrido desde Castilla Termal Monasterio de Valbuena hasta la bodega; organización de eventos familiares, eventos empresariales, exposiciones o reuniones; experiencias en agradables jardines al aire libre y/o en espacios cerrados, como La Casa de las Tablas, el Salón Inglés, el Salón Solideo, la sala de catas profesional y una terraza acristalada.
La historia de esta bodega se realza con el compromiso de la Familia Sanz Cid con la sociedad y la vocación de ayuda a los colectivos más desfavorecidos; a personas en riesgo de exclusión; a la infancia; al mundo del arte y los hábitos deportivos, entre otras causas.
De esta manera Dehesa de los Canónigos siempre ha entendido la responsabilidad social como un concepto ligado al desarrollo empresarial; manifestado a través de las distintas acciones desarrolladas como:
Descubre las actividades que propone esta increíble bodega
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