Situada más al norte de la Denominación de Origen Pla de Bages, en Navás, Barcelona, se encuentra Exibis; una bodega que nace con la voluntad de recuperar el carácter singular histórico de los vinos de la zona.
La misma está ubicada a 500 metros de altura, sobre suelos pobres, con un régimen de lluvias bajo y fuerte oscilación térmica que permite apostar por las viejas variedades como la Sumoll y la Mandó, acopladas mediante la Cabernet Sauvignon.
Además, la bodega dispone de una nave agrícola readaptada, con depósitos y una pequeña nave climatizada de barricas y botellero, siempre dando toda la importancia al trabajo del viñedo.
Exibis cuenta con viñedos de cultivo en ecológico, los primeros en el Bages, en los que se desarrolla un proyecto vinícola que sigue las normas de la agricultura ecológica y biodinámica con el propósito de recuperar antiguas variedades como el Sumoll y el Mandó y Cabernet Sauvignon.
Una combinación de uvas que busca desarrollar las dos variedades locales haciendo coupage con el Cabernet para ayudar a hacer más comercializado los vinos creados; un trabajo caracterizado por una viticultura ecológica que desde el año 2011 incluye los ritmos y preparados biodinámicos tanto en la elaboración del mismo compuesto como en la fertilización y equilibrio del cultivo, consiguiendo así sus tres vinos tintos:
Exibis: un vino donde predominan la dulzura y las sensaciones etéreas, con la frescura de la fruta ácida y roja de la Sumoll y la flor seca y las especias de la Mandó que se enlazan para ofrecer la complejidad de un vino que reivindica sensaciones de alta gama desde su estricta juventud y pureza.
Un vino de gran intensidad, con coloración rojo púrpura que expresa su juventud y aroma a fruta madura, destacando las notas de frutas del bosque y la fruta negra así como los toques de flor seca y especias aportadas por la uva Mandó. El paso por la boca es fluido, pese a su aspecto concentrado.
La Rasa: un producto al que la Sumoll le confiere una acidez de gran vivacidad que se funde en frescor, mientras que la Mandó llena la boca con su perfume maduro de flor seca y la Cabernet Sauvignon la carnosidad.
Así, cada variedad aporta su personalidad creándose un vino de color granate profundo con destellos de vivacidad rojiza y aroma a cereza, frutos rojos y rosa marchita y hojarasca, con pequeñas notas de tostados, minerales y balsámico típico de los viñedos rodeados de bosque.
La Baula: de intensidad media y tonalidades rojas brillantes del Sumoll, con aroma de hoja seca y garriga, cardamomo, grosella y fruta roja del Sumoll y la rosa seca del Mandó. En el paladar, es un vino ligero, fluido y escurridizo en su paso por la boca.
Con una notable acidez que queda en la memoria, un vino de gran persistencia a pesar de su ligereza.
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