Bodega Valbusenda es un proyecto que nace en 2003, en Toro, Zamora, cuando la familia decide cumplir uno de sus sueños, dar a conocer el nombre de esta tierra a través de una de sus pasiones, el vino.
Más adelante, en el año 2008 la bodega abre sus puertas, en un paraje que lleva su nombre, cercano a la denominada Vega de Toro, a orillas del Duero. Un lugar distinguido por las condiciones climáticas, los suelos y su uva identitaria Tinta de Toro.
La misma está diseñada con una imagen moderna y vanguardista, en la que resaltan la espectacular cubierta que crea la sensación de un espejo enclavado en la montaña que no deja impasible a sus visitantes y una pasarela acristalada que separa la zona de producción y la zona de visitas, lo que permite disfrutar de su belleza arquitectónica y descubrir los procesos de elaboración del vino.
Valbusenda elabora sus vinos a partir de uvas cultivadas en viñedos propios y controlados, apostados en las poblaciones Morales de Toro, Pedrosa del Rey, San Román de Hornija, Valdefinjas y Venialbo.
Se trata de viñedos viejos y en pie franco, donde predominan terrenos ligeros, pobres en materia orgánica, arenosos y con predominio de cascajos, arenas y gravas. Situados sobre los 700 m de altitud e influenciados por una climatología extrema, que junto a las características de sus suelos contribuyen con la elaboración de vinos de gran calidad y elegancia.
Por su parte, las hectáreas de viñedo propio están repartidas en tres parcelas:
Además, está el Jardín Ampelográfico junto a la bodega, único en Castilla y León, el cual cuenta con más de 250 variedades de uvas procedentes de todas las partes del mundo, cultivadas en un mismo microclima para conocer sus aptitudes enológicas y dar a conocer sus caracteres agronómicos.
De esta manera, la bodega busca divulgar la cultura del vino entre sus visitantes, poniendo a su disposición este espacio donde todos pueden recrearse disfrutando y conociendo las diferencias entre variedades, los distintos sistemas de formación y el medio ecológico circundante.
A lo que se suman otras enoexperiencias como visitas a la bodega acompañada de una cata, para conocer la magia del proceso que transforma la uva en vino, disfrutar de su sabor y apreciar sus matices; visitas al Jardín de Formaciones dedicado al estudio de los diferentes sistemas de plantación y rutas etnobotánicas por la senda del Oso y senda del Olmo para descubrir el medio botánico circundante y sus usos tradicionales, entre otras.
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