Ubicadas en La Rioja, Las Bodegas Amézola de la Mora constituyen una tradición familiar que a través de los años ha transferido el conocimiento y pasión del buen vino y la elaboración de caldos de origen histórico.
Asentadas en el trabajo, esfuerzo y por supuesto el entusiasmo por el vino, las bodegas han logrado desarrollar un método de producción para la elaboración de sus caldos, en el que confieren diferentes factores para lograr vinos con una personalidad única, pero además, digna representante de la denominación de Origen Rioja.
Así, mediante las técnicas adecuadas de cuidado para los terrenos de cosecha, la selección ideal de los cultivos, el cuidadoso trabajo de producción en bodega y por supuesto, el increíble equipo humano, los vinos Amézola de la Mora han materializado la ilusión de la familia al convertirse en caldos de calidad que transmiten más que un excepcional sabor: El despertar de los sentidos.
Al ser parte de una tradición familiar que lleva presente desde el siglo XIX, las bodegas Amézola de la Mora han atravesado diferentes percances, atravesando periodos de cierre y transformación, que han otorgado a la familia el conocimiento necesario para el manejo, elaboración y producción vinífera, siempre apostando a la calidad y excelencia de sus caldos.
Es por esto que, sin descuidar ninguna de las áreas, las bodegas han invertido especial tiempo en mantener y cuidar sus viñedos. Las sesenta hectáreas dispuestas para el cultivo, se encuentran alrededor de la bodega, al mejor estilo chateau francés, adaptando además el modelo de autoabastecimiento de la uva y aplicando los controles necesarios para conservar la salud de la viña.
Por su parte, las características geográficas de la zona también contribuyen al desarrollo de los caldos excepcionales de la bodega. Pues los suelos arcillo-calcáreos, las calizas y piedras, aportan al cultivo condiciones ideales para obtener el máximo potencial de la fruta. Las variedades de Tempranillo, Mazuelo y Viura cosechadas en los viñedos, poseen la acidez, color y calidad necesaria para los vinos de excelencia producidos en Amézola de la Mora.
La tradición familiar de Bodegas Amézola de la Mora, los ha llevado a querer impulsar la experiencia del compartir y disfrutar junto a otras personas cercanas, todo lo que el mundo del vino conlleva. Así, han desarrollado diferentes planes que ofrecen al ublico para vivir por completo el mundo enológico. Como, por ejemplo: visitas privadas a los viñedos, calados y bodegas, la cata de vinos y aperitivos para el recorrido, diferentes actividades como el pisado de uva, cata mosto e incluso el análisis del producto.
Además, también es posible disfrutar diferentes talleres de coctelería, poda y cata.
Rioja Alta
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