Fundada en el año 2005 en la localidad zaragozana de Ateca, Bodegas Ateca – Viñas Familia Gil se dedica a mostrar la personalidad de la zona a través de sus vinos y viñedos.
La bodega forma parte del proyecto Viñas Familia Gil, conformado por una serie de pequeñas bodegas repartidas por la geografía española que se han ido incorporando al grupo familiar desde el 2002.
En el caso de Ateca, se distingue por sus vinos elegantes y cosmopolitas, elaborados con la variedad autóctona de la zona, la Garnacha; cultivada en viñedos entre 40 y 100 años de antigüedad con una altitud desde 750m hasta 1000m, con un clima muy seco y extremo con mucha oscilación térmica y en suelos de pizarra.
Condiciones idóneas para conseguir una uva excepcional que aporta riqueza, acidez y mineralidad, la combinación ideal para dar vinos de calidad y con potencial de envejecimiento como el tinto joven Honoro Vera que inunda de aromas de zarzas y madera y los vinos Ateca y Ateca Armas, tintos de crianza que liberan sensaciones más prolongadas de cerezas maduras con estelas de vainilla, cacao y regaliz.
Bodegas Ateca se caracteriza por el compromiso que tiene con la tierra, considerada como un legado que debe perdurar para las futuras generaciones, razón por la cual es necesario poner todos los medios para reducir la huella y agradecerle los frutos de cada verano.
Una visión que hace que esta sea una bodega regida por la viticultura moderna y a su vez sostenible, una manera de garantizar un producto de alto nivel en cada botella sin dejar de respetar el entorno.
Para eso la bodega ha sido diseñada para operar como una instalación sostenible según los principios de la familia: respeto al terreno y a la materia prima, eficiencia energética y aprovechamiento de los recursos naturales.
Así, se dispone de viñedos en los que se defiende la autenticidad de las uvas, se reducen significativamente las necesidades de agua y se realizan prácticas respetuosas con la naturaleza como la vendimia manual, la no utilización de pesticidas utilizando tratamientos preventivos y la lucha biológica contra las plagas y enfermedades de la vid.
En la bodega se aporta un importante porcentaje de vinos ecológicos; se disminuye la emisión de gases de efecto invernadero y residuos; se emplean energías limpias, sistemas de eficiencia energética y optimización de agua mediante distintos métodos como la construcción de huertos solares.
Por su parte los vinos son hechos cuidando los detalles para mantener la calidad del producto con técnicas poco intervencionistas, usando botellas sostenibles que conservan su estética usando la menor cantidad posible de vidrio.
Asimismo, se trabaja en varias líneas en la eliminación de alérgenos en los vinos como la eliminación de histaminas, la reducción el sulfuroso en los mismos y elaboraciones certificadas aptas para veganos.
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