Ubicada en Villaverde de Medina y en plena Denominación de Origen Rueda, Bodegas Castelo de Medina se dedica a elaborar vinos de gran complejidad aromática y amplia estructura gustativa.
Un proyecto que comenzó su andadura en 1995, como un sueño que ha ido creciendo de manera sostenida hasta hoy y cuyas raíces en este municipio vallisoletano no son casuales, ya que este en 1752 era la comarca de las Tierras de Medina con una mayor superficie de viñedo de la variedad Verdejo.
Tierras únicas por su climatología continental excepcional diferenciada por la altitud de la zona, los inviernos fríos y largos y los veranos secos y calurosos, con una gran amplitud térmica, ideal para elaborar grandes vinos.
Asimismo, posee un suelo muy especial en el que predominan arcillas calcáreas forjadoras de carácter y frescura con capas de arena permeable que propician aireación, buen drenaje y una excelente maduración de la uva, contribuyendo con un cultivo respetuoso del medio ambiente.
Viñedos distribuidos en las fincas La Dehesa, La Garbancera y El Judío situadas en Villaverde de Medina y Medina del Campo; en las que se cultiva las variedades Verdejo, Sauvignon Blanc, Viura, Chardonnay, Garnacha, Syrah y Tempranillo.
Así como, un viñedo profiloxérico, cultivado en vaso, a la manera tradicional en aquella época, lo que junto a la cuidada elaboración, aporta a esta botella una gran exclusividad y una personalidad única.
La bodega Castelo de Medina data de 1996 y se distingue por su construcción de estilo arquitectónico castellano tradicional con fachadas de ladrillo caravista, piedra, forja y madera.
Características que se complementan con la pasión por la vitivinicultura que define a la familia Bonet Ferrer y que establece esta legendaria tradición que hoy se mantiene más viva que nunca.
Un comienzo que fue marcado con la cosecha de ese mismo año como resultado de la primera añada de los vinos obtenida del viñedo propio. Y que, en la actualidad, se encuentra en una nueva etapa de evolución y desarrollo como parte de un ambicioso proyecto en el que se evidencia la amplia experiencia y la fuerte conexión al mundo vitivinícola de la familia.
Una forma de mantenerse fieles al legado histórico y patrimonial de la zona, con el objetivo de cultivar y elaborar vinos excepcionales determinados por la pasión y dedicación que han marcado a la bodega en el tiempo.
Una bodega con clara vocación de calidad y orgullosa de su entorno inigualable, su patrimonio vitícola, su paisaje y su historia; valores presentes en cada vino que expresa el carácter propio del terruño y de las variedades de uva utilizadas.
Para ello, se es partícipe de todo el proceso desde el cultivo de la vid hasta la comercialización, lo que permite ofrecer una garantía de calidad en todos los vinos. Proceso que ha sido innovado con la incorporación de modernos equipos tecnológicos.
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