Bodegas Contreras Ruiz es una bodega familiar ubicada en Rociana del Condado, en la comarca del Condado de Huelva, lugar donde se dedica a producir vinos de calidad que expresan el paisaje y origen de los suelos.
Sus inicios datan de la época en que Gregorio Contreras López, agricultor de sus propias tierras, cosechaba su vendimia para la elaboración de vino y posterior venta; naciendo así una familia de viticultores y bodegueros afincada en Rociana.
Posteriormente, en 1949 Antonio Contreras Labrador, el hijo de Gregorio, aprovecha la creciente demanda de vinos e invierte en la compra de nueve fincas y construye nuevas instalaciones de vinificación. Dando paso a Gregorio y Manuel Contreras Ruiz, quienes fusionaron la herencia bodeguera y vitícola recibidas forjando su identidad en base al conocimiento, la profesionalidad y el trabajo.
Una tradición heredada que se mantiene en el tiempo con el objetivo de que Contreras Ruiz se ubique como bodega referencia de la zona, respetando la herencia recibida, innovando, renovando y creando nuevas sensaciones.
Para eso dispone de una construcción de 1868 que cuenta con cinco naves separadas por arcos de 30 metros de altura y forjados de hierro típicos del sur de la Península; la cual ha sido dotada la más moderna tecnología para que junto al buen saber heredado se logre preservar en la bodega las mejores calidades obtenidas en la viña.
La elaboración de los vinos Contreras Ruiz comienza en los controles de maduración, viña a viña, con el fin de cosechar en el momento óptimo; haciendo la recolección de forma manual y trasladando la uva en pequeños remolques para mantenerla en las mejores condiciones.
Uvas propias que pertenecen a la variedad autóctona Zalema que se cultiva sobre viñedos cerca del mar ubicados al lado del Parque Nacional de Doñana, uno de los principales tesoros naturales de España situado entre 80-120 metros de altitud con un clima mediterráneo de influencia oceánica.
Además, se caracteriza por presentar suelos de textura franca y en algunos casos de contenido calizo, condiciones que en conjunto hacen que este terruño sea excepcional para la práctica de una agricultura integrada en el medio natural que permite desarrollar una gestión sostenible de los campos.
Tales viñedos están distribuidos en nueve fincas diferentes con cepas plantadas entre los años 40 y finales de los 90, la gran mayoría ocupadas por la variedad autóctona Zalema, el sello de identidad que resulta de una viticultura de secano en la que se interviene solo lo necesario para lograr la mejor expresión del terruño.
Así, se consiguen unos vinos complejos, con predominancia de aromas primarios, donde la variedad brilla de forma natural. Vinos con personalidad atlántica que reflejan el perfil salino del origen de los suelos: Lumé, Viña Barredero, Vallehondo, Líbero, 1918 Antonio Contreras Labrador, Marela Frizz 5.5, Flor de Édalo, Clavellina, Édalo Blanco y Kala.
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