En Jumilla, Murcia se encuentra ubicada Bodegas El Nido – Viñas Familia Gil, una de las empresas que conforman el grupo Viñas Familia Gil, las cuales tienen como objetivo elaborar buenos vinos, con un alto nivel de calidad.
Al igual que las demás bodegas, El Nido elabora excelentes vinos a partir de variedades autóctonas, cultivadas en viñedos que son tratados con respeto por ser un legado que debe perdurar para las futuras generaciones.
De allí, que se implementan técnicas de elaboración que buscan no solo producir vinos sino además reducir la huella y agradecer a los frutos de cada verano, tales como el uso de energías limpias, sistemas de eficiencia energética y optimización de agua.
Por otra parte, se conserva la esencia del carácter del labriego en las viejas viñas que se conservan y se complementa con la modernización de la bodega a través de la incorporación de la tecnología, lo que permite cumplir un riguroso control de la calidad sin dejar de lado la tradición familiar, mejorando el rendimiento del trabajo y obteniendo unos vinos colmados de matices.
Los vinos de Bodegas El Nido se caracterizan por esa sensación del sabor perene, el que remolonea en la boca tras desaparecer el líquido para después afincarse en la memoria, definitivamente una virtud particular de estos caldos.
Vinos que nacen en las tierras altas de Jumilla, en viñedos en los que las raíces horadan los suelos pedregosos, penetran la capa de piedra tosca caliza y tocan la franja arenosa para conseguir cepas tenaces, sembradas en pendiente y raramente bañadas por la lluvia, que dan paso a frutos intensos e impetuosos, potenciados por la pericia del tiempo.
Frutos concentrados y penetrantes de Cabernet Sauvignon de los que surgen los tonos herbáceos y un punto picantes, que llevan el olor a monte y a zarzas a las combinaciones varietales de Clio, soberbio tinto considerado ya mítico, intenso de gran concentración con un empleo muy inteligente de la madera donde balsámicos y minerales no eliminan en ningún momento las notas de fruta.
Y, El Nido, un vino singular para paladares de miras amplias, sofisticado y con recuerdos para meditar sobre su extraordinaria riqueza y sabor, sutil, equilibrado y de portentosa elegancia.
Asimismo, notas ahumadas, moras silvestres, humo y chocolate expresadas en el vino Corteo, en el que se conjuga la intensidad aromática con la armonía y amplitud en boca. Persistente y largo al final, la impresión de sedosidad y armonía que permanece es digna de destacar.
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