Bodegas Fillaboa

Bodegas Fillaboa en D.O. Rias Baixas

Bodegas Fillaboa es una empresa que se ubica en Salvaterra de Miño, Pontevedra con el propósito de elaborar los vinos albariños y licores más exquisitos.

Para ello dispone de hectáreas de viñedo propio divididas en parcelas delimitadas y orientadas al sur en las que se encuentran fastuosas vides en parra y en espaldera. Una finca que tiene su origen en el siglo XVII y que se considera una de las posesiones vinícolas más extensas de Galicia, bañada en su entorno por los ríos Tea y Miño.

Próximo a la finca, existe un puente medieval y un muro de piedra que enmarca la misma. Así como, un palacete de piedra fiel a la estructura de las grandes casas gallegas y un delicado jardín de camelias, olivos, magnolio y alcornoques.

Vinos excepcionales para paladares exigentes

Las viñas de Bodegas Fillaboa se identifican porque ofrecen unas cepas esbeltas que confieren elegantes uvas de la variedad Albariño, considerada la reina de esta tierra, la materia prima de los mejores vinos blancos que pueden ser degustados en las visitas guiadas por la bodega y los viñedos:

• Fillaboa: un vino de gran personalidad procedente de la histórica Finca Fillaboa. Muy aromático, con una buena estructura, untuoso, suave y delicado; de color amarillo pajizo, limpio y brillante; con aroma a frutas maduras, piña, manzana, mango y cítricos. En boca suave y sabor untuoso y estructurado, equilibrado, fresco y persistente.
• Fillaboa Selección Finca Monte Alto: vino de pago elaborado con uvas de la parcela Monte Alto, emblema de Fillaboa. Un gran vino que sorprende por su equilibrio y redondez; de color amarillo pajizo con tonalidades verdosas, limpio y brillante y con aroma y notas de fruta muy madura, manzana, cítricos, notas de panadería, brioche y leves notas tostadas. Boca estructurada y fresca, con acidez muy bien integrada, sabor untuoso y suave.
• Fillaboa 1898: proveniente de las mejores uvas de las parcelas que forman parte del coupage de Fillaboa. Es un homenaje a 1898, año en el que uno de los primeros Albariños, cruzó el océano en un velero rumbo a Cuba. Un albariño de edad que mantiene la frescura de los albariños jóvenes y la complejidad y elegancia de los grandes vinos blancos, caracterizado por su color amarillo pajizo con tonalidades doradas, limpio y brillante; tostados, con fondos frutales almibarados, fruta muy madura, recuerdo de manzana asada y de panadería; suave en el ataque, con una acidez muy bien integrada, volumen y larga persistencia.