Emplazada en pleno casco histórico de Sanlúcar de Barrameda se encuentra Bodegas Portales Pérez, una empresa artesanal familiar que durante varias generaciones ha estado vinculada al mundo del vino.
En un comienzo se dedicaron a ser proveedores de diferentes bodegas del marco de Jerez, la mayoría de renombre; asumiendo en lo sucesivo como principal actividad comercial la crianza y comercialización de vinos, cuya materia prima, el mosto de la uva, la adquieren de una cooperativa vitivinícola sanluqueña.
Posteriormente, en el año 1998, algunos integrantes de la familia se plantean la idea tanto de embotellar como de vender a granel una parte de su producción con una marca propia, sin dejar de lado la venta al por mayor a otras bodegas.
De esta manera, en el año 2005, se pone en marcha el proyecto de comercializar sus propios vinos con la marca «Los Caireles» que abarca Manzanillas, Jerez Oloroso, Amontillado y Jerez Cream; contando con el apoyo de los conocimientos técnicos y la experiencia de algunos miembros de la familia.
Como parte de sus objetivos, Portales Pérez busca elaborar sus vinos a partir de un proceso completamente artesanal, en el que cada etapa se cuida al máximo y la intervención es mínima, dando de esta manera el protagonismo a la bota y conservando las cualidades naturales del vino.
Es así como se logran vinos delicados, complejos y elegantes y Manzanillas de gran frescura y sutileza, con finura y elegancia; productos que son producidos en una bodega constituida por dos cascos que se encuentran montados en tres escalas, una solera y dos criaderas y en los que toda la madera es roble americano y muy vieja.
Uno de ellos es una maravillosa casa-bodega construida en el siglo XVI en la calle Carmen Viejo 30, un hermoso edificio antiguo con un patio central y una bodega adyacente de techo bajo que provee condiciones idóneas de temperatura y humedad para la crianza de Manzanillas en las naves presentes en la planta baja.
El segundo casco es la bodega San Antonio, edificada en 1821, la cual ha demostrado en sus más de doscientos años de existencia sus propiedades para criar vinos de alta calidad y en la que, entre otros, se ha criado históricamente uno de los mejores amontillados de la zona.
En esta envejecen con calma fruto de la crianza oxidativa Olorosos, Amontillados, el excelente Palo Cortado y el delicioso Cream; dos cascos en los que se obtienen los singulares vinos de Portales Pérez.
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