En Batea, Tarragona se encuentra la bodega Celler Alimara, una empresa que nace de una familia que ha experimentado de cerca el mundo de la enología.
Sus inicios se remontan a la época en la que Andy y su esposa Ali, comenzaron a interesarse por el mundo del vino gracias a sus padres y, posteriormente, a los estudios universitarios de Andy en California y Francia.
Fue así como al mudarse a Meadowgrove, en la zona rural de Oxfordshire, en 2001, plantaron en el jardín de su casa uvas para producir vino en pequeñas cantidades, lo que no era rentable, por lo que la familia McLeod buscó una solución por el sur de Europa.
Un emprendimiento que fue traspasado a su hijo Rob, quien junto a su esposa Elena, descubrieron la belleza y el gran potencial para la producción del vino de Terra Alta, decidiendo invertir en algunos viñedos junto con sus padres y su hermana. Así, dos años más tarde, habiendo aprendido más sobre cómo funcionaba la industria vinícola local, invirtieron en Celler Alimara.
Un nombre que en catalán significa “faro”, refiriéndose a los faros de fuego que se colocaban en la cima de los montes para poder dar un rápido aviso entre ciudades y pueblos; los cuales son un buen ejemplo de cómo la bodega debía ser vista, señalando la calidad que va en aumento y la variedad que brota de esta fascinante tierra.
Una idea que se refleja en los nombres de los vino, “Llumí” la cerilla que enciende el fuego y da paso a las llamas y “El Senyal” la señal que se envía a través del entorno, para llevar el mensaje desde el corazón de la Terra Alta. Así como, en el logotipo que representa una cesta de hierro que mantiene el fuego de la señal y las etiquetas que muestran las llamas y las señales en hierro forjado, simbolizando a la vez la tradición de trabajar con este material en esta zona.
Celler Alimara posee viñedos en Mas de Cabrera cerca de Gandesa, a una altitud de unos 400 metros sobre el nivel del mar, con suelos calcáreos y arcillosos y pobres en materia orgánica.
Tierras influenciadas por el clima Mediterráneo propio de la zona; con bajas temperaturas durante el invierno y elevadas durante el verano; pocas precipitaciones; abundante insolación de la zona y dos vientos dominantes, el Cierzo proveniente del interior y el Garbí de la costa mediterránea; factores que determinan la personalidad de los vinos, finos y distinguidos por su fuerza y carácter.
A esto se suma la manera en cómo la bodega asume los viñedos, con una filosofía en la que estos deben verse en el contexto de su entorno más amplio y no como un monocultivo, ya que están influenciados por la naturaleza que les rodea.
Una visión holística que favorece el uso de procesos y controles naturales siempre que sea posible como la labranza mínima o nula en el viñedo; los cultivos de cobertura para fertilizar y proteger el suelo, conservar el agua y evitar la escorrentía; los tratamientos mínimos con controles ecológicos y el trabajo de la viña a mano desde la poda hasta la vendimia.
Una viticultura regenerativa que da paso a los vinos AmbPells Brisat, La Xispa Selecció, El Senyal Negre y Blanc y Llumí Negre, Rosat y Blanc, de las marcas Llumí, una gama de vinos que satisface los paladares de los clientes casuales y de los más expertos; El Senyal, vinos que expresan las mejores tradiciones, capacidades y potencial de la región de la Terra Alta; La Xispa, hecho solo en años especiales; Pinzellada, vinos que brindan una experiencia única a los clientes y Amb Pells, el primer vino naranja, una experiencia única en la categoría de vinos naturales.
Si has visto tu ficha de empresa o bodega y quieres completarla, reclámala o añade la tuya ahora.
Si te ha gustado esta bodega te recomendamos algunas situadas cerca
Suscríbete gratuitamente a nuestro boletín para estar siempre al tanto de las últimas noticias en el mundo del vino.