La bodega Julio Crespo comienza su historia en Sahagún en la provincia de León, con la iniciativa de crear vinos Tintos, Blancos y Rosados supervisados por la normativa exigida de la D.O. León.
La bodega contiene sus viñedos en la Finca Villazán en pleno corazón del Camino de Santiago, zona caracterizada por la elaboración de vinos tintos con personalidad y singulares a partir de la variedad autóctona Prieto Picudo.
La Finca Villazán está conformada por tres parcelas con parajes peculiares; La Sastra con 11 hectáreas cultivadas, la Valmartina con una superficie de 15 hectáreas plantadas y la parcela Villalobos situada junto a la Bodega con 24 hectáreas.
El objetivo del proyecto es unir la elaboración de vino tradicional con la más avanzada tecnología para obtener vinos de máxima calidad y expresión.
Para los creadores de la bodega la concepción sobre el vino está enmarcada en algo espiritual, consideran que cada vino tiene su propia historia que contar; un viaje que disfrutar mientras se saborea el vino percibiendo en un trago el sitio donde creció, el clima, el suelo, la vendimia, las manos que lo trabajó y las adversidades de la naturaleza.
De esta manera cada uno de los vinos creados en la bodega posee su propia identidad, ninguno es igual a otro y mucho menos son estáticos pues siempre están en continua evolución, por ello cuando se toman se crean momentos peculiares que se guardan en la memoria.
Tomando en cuenta la peculiaridad que puede existir en cada vino la bodega Julio Crespo ofrece diversas experiencias que vivir al crear diferentes vinos producidos en sus instalaciones, destacándose el vino Julio Crespo, Finca Villazán, Señorío Valderaduey, Julio Crespo Albarín y el Rose Dúne Nuit.
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