Bodega Divina Proporción

Bodega Divina Proporción en D.O. Toro

La Bodega Divina Proporción pertenece a la D.O. Toro cuya zona de producción de vinos se encuentra al sureste de la provincia de Zamora, situada en el extremo occidental de la región de Castilla y León y suroeste de la provincia de Valladolid. Comprendiendo parte de las comarcas naturales de Tierra del Vino, Valle del Guareña y Tierra de Toro y Linda con los páramos de Tierra del Pan y Tierra de Campos.

Es una bodega que representa un sueño hecho realidad, que comenzó a plasmarse en el 2009 y se consolidó en el 2011 con el nacimiento del primer vino; para continuar con una trayectoria impecable, que refleja la fusión entre la naturaleza y la agricultura a través del viñedo, de la fértil tierra de la Vega de Toro y de la labor de un gran equipo que en familia busca crear inolvidables y extraordinarios vinos.

Terruño y cultivo ecológico

Para ello, en Bodega Divina Proporción se ha respetado al terruño reconvirtiendo todos los viñedos al cultivo ecológico, sustentado en las características propias de Toro cuyos vinos cuentan con una gran tradición que se remonta a épocas anteriores al asentamiento de los romanos. Resaltando una climatología extrema que oscila a lo largo del año de los -10 grados en los crudos inviernos hasta los 40 en verano, las cotas entre los 600 y 900 metros sobre el nivel del mar que ofrecen una diferencia entre el día y la noche de hasta 30 grados en los meses de verano y unas precipitaciones escasas.

Así como, se han aprovechado las propiedades de las diferentes parcelas pequeñas asentadas en el pago de la Jara, uno de los mejores de España; las cuales poseen suelos pobres y cargados de piedra que han hecho que las cepas adapten el proceso de nutrición a condiciones de escasos nutrientes en el subsuelo. Esto ha contribuido de forma natural, a obtener un gran fruto cargado de polifenoles, muy concentrado y con una piel muy sana.

Por otra parte, los viñedos en los pagos de Valdeví y el Palo, con suelos muy arenosos ofrecerán unos vinos mucho más frescos en los que predominan los toques más florales y de monte bajo.

De esta manera se conserva al máximo una buena uva que es el germen de todo gran vino, vinificando con lo que trae la uva del campo; lo que garantiza la obtención de vinos mucho más naturales y equilibrados y el respeto por el ambiente y las generaciones venideras.

Todo ello, reflejado en un vino que se mantiene vivo a lo largo de su producción, para finalmente ser el fruto de un trabajo en el que se refleja un terruño, una tradición y una familia entera que busca día a día hacer buenos vinos. Y, que puede ser vivido por quienes lo deseen, en un ambiente familiar que permite descubrir los vinos, degustar la comida tradicional de Castilla y León y vivir experiencias únicas relacionadas con el trabajo diario en las viñas y en la bodega.