La Bodega Manuel Aragón se encuentra en la provincia de Cádiz en Chiclana, fue fundada en el año 1815 por Don Pedro Aragón Morales logrando la producción de vinos propios.
La bodega posee una extensa experiencia familiar; la primera instalación del lagar y la bodega fue en el antiguo Callejón de Jerez, vendiendo a los jornaleros que trabajaban en las viñas y distribuyendo a otros establecimientos de Chiclana.
Años más tarde el heredero Juan Aragón Ramos amplió las instalaciones manteniendo la misma estructura del negocio dedicada a la venta local.
Para 1896 Diego Aragón Periñán representante de la siguiente generación proporciona un gran avance a la bodega con la adquisición de más viñedos y trasladándola a la calle Olivo.
En 1916 Manuel Aragón Baizán al fallecer su padre, decide hacerse cargo de la bodega aumentando sus instalaciones, las zonas de distribución, mejorando los cultivos y estableciendo un excelente trato para los clientes, logrando crear lo que hoy día es la empresa Manuel Aragón.
La bodega fue conocida como El Sanatorio de Chiclana por la creencia de que los buenos vinos servían como un excelente reconstituyente para personas con la salud delicada. Enfoque dado en la época en que proliferaban los edificios sanitarios aislados para enfermos y convalecientes en Europa.
La bodega ofrece la posibilidad para que las personas interesadas puedan conocer las instalaciones pasando su tiempo disfrutando de sus mejores vinos.
La visita incluye despacho de vinos, degustación de vinos y tapas, visita a un pequeño museo del vino, Visitas libre, reuniones, etc.
La Bodega Manuel Aragón posee un espíritu que busca cuidar la tradición al mismo tiempo que dedica la mayor de las atenciones a sus empleados y clientes, uniendo ambos conceptos logra elaborar vinos de la mejor calidad.
El vino “El Neto” recibe su nombre por Diego Aragón, uno de sus trabajadores más sencillos y fieles; de esta manera el dueño de la bodega perpetua el nombre de su carrero colocándoselo a su mejor vino en señal de la humildad y humanidad que le caracteriza.
Otro ejemplo ocurre con el cream “Arrumbaó”, nombrado en honor al arrumbador quien cumple la misión de sentar las botas y clarificar los vinos. Así los propietarios recompensan y reconocen la labor desempañada por sus mejores trabajadores dentro de la bodega.
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