En el año 1955 nace en Bollullos del Condado, Huelva, Bodegas Vinícola del Condado, con la intención de elaborar vinos de gran calidad.
Una bodega cuyo origen data de los tiempos en los que Cristóbal Colón zarpó en busca del Nuevo Mundo, época en la que los agricultores de Bollullos Par del Condado tenían sus tierras divididas en pequeñas parcelas y no tenían más remedio que vender la uva a precios muy bajos.
Situación que se vivió hasta 1953 cuando llegó la verdadera revolución debido a que los agricultores decidieron unirse y formar una cooperativa para dejar a un lado la precariedad.
Fue así como los cooperativistas continuaron haciendo lo que mejor sabían, vinos de calidad y, se convirtieron en la mayor cooperativa vinícola de Andalucía y una de las primeras de España, contando desde 1962 con su propia Denominación de Origen.
Bodegas Vinícola del Condado se identifica por crear sus vinos a partir de uvas cultivadas en tres tipos de suelos que se mezclan y prácticamente están en todas las parcelas.
El primero, arenoso o franco arenoso, en las zonas más próximas a Doñana, caracterizado por su frescura en temporada de verano y su drenaje en época de lluvias que evita la proliferación de enfermedades.
El segundo suelo es el albarizo, algo menos calizos que los de Jerez, pero que confieren las mismas características a los vinos y acumulan bien los nutrientes y el agua. Y, por último, el arcilloso o franco arcilloso, suelos con bajo rendimiento pero de mucha calidad.
Suelos donde se cultiva la variedad Zalema, autóctona en la geografía; la cual coexiste con las variedades Listán, Palomino, Moscatel y Garrido fino, y con uvas tintas como Tempranillo y Syrah y blancas como Colombard de origen francés.
Vinos que son la expresión de estas tierras donde nacen y de la combinación entre la tradición de los vinos de la Denominación de Origen Condado de Huelva y los últimos avances del sector, resultando en una marca que ha logrado posicionarse a nivel nacional e internacional, obteniendo numerosos premios y realizando una gran inversión en I+D+i.
Caldos tradicionales, blancos, naranja y generosos de la tierra que se pueden degustar en las visitas a las instalaciones a los viñedos, donde además se disfruta del maravilloso mundo del enoturismo.
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