En el año 2008 fue inaugurada Buezo Bodega en Mahamud, Burgos, con el objetivo de elaborar vinos únicos con identidad y personalidad, fundamentado en los valores de esfuerzo, generosidad, transparencia y comunicación.
Se trata de una bodega que se identifica porque durante todo el proceso de elaboración de sus productos extrae y expresa de la mejor manera cada añada en los mismos, siempre considerando las necesidades, tendencias y preferencias de los clientes y apoyándose para ello en técnicas tanto tradicionales como innovadoras.
Procedimiento que se efectúa en un edificio de diseño vanguardista y sereno al mismo tiempo que se empezó a construir en el año 2003, fusionado con el paisaje; cuyas instalaciones divididas en dos zonas, elaboración y crianza, están concebidas desde la experiencia, con un sentido práctico y funcional.
El mismo incluye una zona de crianza, un puente grúa para permitir los trasiegos por gravedad, depósitos troncocónicos de acero inoxidable o de madera, salas climatizadas, control de humedad, cámaras frigoríficas, entre otros medios tecnológicos para asegurar la conservación del sabor más natural.
Para la creación de sus vinos Buezo Bodega dispone de la Finca Valdeazadón de más de 100 años conformada por hectáreas de terreno que fueron recuperadas en el año 1999 y estudiadas en cuanto a sus suelos y su climatología, para establecer las variedades de uva idóneas para este entorno.
Son tierras que al igual que la bodega se encuentran integradas en el Paraje de Valdeazadón, caracterizadas por una climatología y orografía propia de una zona atlántica con fuerte influencia continental, factores favorecen una gran amplitud térmica e inciden positivamente en el carácter de los frutos y vinos.
Entre los elementos que resaltan están las diferentes tipologías de terreno, predominando los arcillosos, calcáreos y arenosos, que determinan las plantaciones y los tipos de variedades de uvas tintas y blancas que incluyen la mejor variedad tradicional Tempranillo y variedades foráneas adaptadas a esta tierra y climatología que aportan nuevos matices y sensaciones como Cabernet Sauvignon, Merlot y Petit Verdot.
A esto se suma la forma en que se realizan las labores de la plantación ajustadas a las épocas del año, siempre pensando en la calidad de los frutos y en el buen vino. Así, en otoño las viñas reciben los últimos cuidados antes de su descanso invernal, en invierno la vid se encuentra en reposo y se hace la poda planta por planta manualmente, en primavera las labores se intensifican para garantizar el buen estado de la vid y en el verano se trabaja en función de la perfecta maduración del fruto, para finalmente obtener excelentes vinos que son catados durante las visitas guiadas a la bodega y el viñedo.
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