En medio de bosques, barrancos y quebrados, se encuentra la finca de la bodega Mas d’en Gil, en la que cultiva las uvas para sus maravillosos vinos, de excelente calidad y expresión digna del Priorat.
Enmarcada por las paredes calizas de las Sierras del Montsant y de Llaberia, y bajo el aliento de los vientos de la zona, la finca de la bodega cuenta con una unidad singular e inigualable, que aporta a sus 125 hectáreas de terreno, condiciones y beneficios increíbles para el cultivo de uvas de alta calidad.
De esta manera, el proyecto de Mas d’en Gil ha crecido gracias a sus cultivos y sus técnicas de elaboración, que logran desarrollar caldos inigualables. Asi, producto de la unión de 3 familias apasionadas por el buen vino, la bodega ha atravesado más de siglo y medio en el desarrollo de vinos y reflejando la expresión del Priorat en cada sorbo.
Desde entonces, la bodega ha procurado elaborar productos de referencia intencionalidad, que mediante la fusión de la tecnología moderna y las tradiciones centenarias, ha explotado los sabores, aromas y texturas de sus vinos, ofreciendo una experiencia sensorial que combina lo mejor de la historia centenaria de esta familia del Priorat, junto a las expectativas y las futuras posibilidades de las nuevas generaciones.
Sin embargo, para la bodega, alcanzar un buen vino es más que su preparación. Sus caldos cuentan con un importante control a la hora de llevar a cabo su preparación, pues el cuidado y preservación de sus vides, es primordial para conseguir el nivel de excelencia requerido y acostumbrado por la bodega Mas d’en Gil.
La viña comparte el lugar con algunos olivos, almendros y avellanos centenarios que aportan una mezcla exquisita que se ha respetado desde los inicios de la producción. La biodinámica con la que se trabaja en las bodegas desde el 2008 persigue el mantenimiento y la revitalización de los suelos, aporta salud y conserva el equilibrio entre plantas.
Es por esto que los vinos de Mas d’en Gil, poseen una complejidad aromática y un paladar que despierta identidad, reflejo del cuidado de sus espacios y de la biodinámica presente en sus suelos, mostrando que la bodega comprende, entiende y respeta cada planta como un ser vivo; pero además, al paisaje como un ente que necesita equilibrio y respeto para otorgar frutos de calidad.
Bellmunt Tinto: Elaborado en una de las parcelas de la bodega, este vino está hecho a base de Garnacha y Cariñena, cuenta con una estructura vibrante y ligera que aporta sensaciones cítricas y notas minerales que endulzan el paladar.
Gran Buig: Este vino invita a un concierto de sentidos que mediante sus aromas que encapsulan la juventud de sus cultivos, con paladar de acidez idónea, que potencia las emociones y despierta la energía en el gusto.
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