Vinos de Guarda

Vinos de Guarda en D.O. Ribeiro

En Ribadavia se encuentra ubicada Vinos de Guarda, una bodega en la que se apuesta por crear cosas diferentes a partir de un trabajo que se fundamenta en lo aprendido en casa desde la infancia y en los conocimientos adquiridos durante la trayectoria profesional de sus fundadores.

Una historia que inició en la época en la que a manera de juego se participaba en la vendimia ayudando a pisar la uva. Posteriormente, comenzó el aprendizaje sobre el cuidado de la viña cuando se cargaba con los capazos, hasta que el vino se convirtió en una forma de vida heredada de los antepasados.

Se trata de una bodega que se caracteriza por ser tradicional ya que la elaboración de sus caldos parte del mimo y de la sabiduría con que los abuelos y luego los padres hacían el vino, principios que han sido transmitidos de generación en generación y que marcan el carácter de los vinos del Ribeiro.

Unas raíces que se mantienen y abren paso a una manera de producir vinos, donde se experimenta y se busca recuperar los métodos de antaño ya olvidados para actualizarlos, generando un compromiso con la variedades autóctonas.

Vinos con personalidad propia

Como resultado de la unión entre tradición e innovación nacen los caldos de la bodega Vinos de Guarda, distinguidos por ser vinos inusuales que recuerdan la tradición de las cosas bien hechas y que son el fruto de una filosofía donde lo importante es la expresividad que gana el vino con el tiempo, de allí que son elaborados con un propósito: su evolución en botella.

Esto hace que en el método de elaboración, durante el envejecimiento tradicional, no se busque añadir matices externos al vino, sino que se aprecien las características del mismo en sus distintas etapas de evolución. Así se garantiza que los vinos obtenidos tengan una personalidad fuerte y rebelde que con el tiempo adquiere matices únicos y alcanza su momento óptimo de consumo en su madurez.

Todo esto hace que Vinos de Guarda produzca vinos con carácter humano, que al no ser productos adoctrinados pasan por una infancia tierna, una rabiosa adolescencia y una delicada e interesante madurez; lo que favorece conseguir que añadas distintas de un mismo vino convivan juntas en la Denominación de Origen:

• El Patito Feo – Treixadura sobre Lías: un vino que nació creyendo que era un pato y acabo creciendo hasta convertirse en un cisne, de allí que su nombre parte del título de la fábula de Hans Christian Andersen sobre un patito diferente a sus hermanos, que destaca por la desproporción de sus rasgos o su particular graznido y con el tiempo crece y se convierte en un hermoso cisne admirado por los demás.
• El Patito Feo – Caíño Sousón Barrica: un vino marcado por la tradición vitivinícola del Ribeiro, hecho con variedades autóctonas casi en desuso que rescatan la esencia de los tintos que se hacían en épocas pasadas en la región.
• Saramusa: un producto con una personalidad muy marcada y una identidad propia que le hace diferenciarse de todos, siendo irreverente y atractivo, con matices marcados. Un vino que no sigue modas, ni busca encajar en los estereotipos.