Uno de los periodos de la era Paleozoica da nombre a la Bodega Cámbrico ubicada en Villanueva del Conde, pues hace mención a uno de los elementos más importantes de estos vinos, los suelos de pizarras y granitos, entre los suelos más antiguos de España, que otorgan un sabor mineral único.
La misma inició su construcción en el año 2006 mientras se completaba la compra de viejos viñedos en bancales en el entorno. Una bodega integrada al paisaje, por lo que se mantienen los estándares ecológicos y de sostenibilidad a lo largo de todo el proceso de elaboración del vino.
Así, posee un diseño que la hace casi imperceptible, pues está realizada a base de hormigón, piedra, madera y cristal perfectamente mimetizada con el entorno, en el centro del Parque Natural. Asimismo, las salas de elaboración y crianza están semienterradas en la montaña para facilitar la vinificación por gravedad y el aislamiento térmico natural.
Aunado a ello, Cámbrico destaca por su proyecto iniciado en 1999 por Fernando Maillo, nativo de la zona quien se interesa por los viñedos centenarios de la uva Rufete en El Pocito y que junto con el Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (Itacyl), comenzó un trabajo científico de esta uva con el fin de estudiarla y hacer una selección masal que sirvió para las nuevas plantaciones y para conocer mejor otras variedades como Calabrés, Aragonés o Rufete blanca.
Bodega Cámbrico se identifica por ser una empresa que elabora vinos de montaña y bosque al estar en el Parque Natural de la Sierra de Francia, en viñas recuperadas poco a poco desde 1999 a través de un fuerte compromiso con este patrimonio cultural preservado mediante el cultivo ecológico, fomentando con ello la biodiversidad y el respeto de la naturaleza.
Un trabajo que ha permitido mantener o recuperar de entre la maleza fincas minúsculas que determinan la necesidad de hacer vinos de escasa producción y la misión de proteger el excepcional ecosistema tal que cada botella exponga identidad, sinceridad y el terruño de cada viñedo.
Viñas viejas de entre 80 y 120 años que en su mayoría están situadas en las parcelas Valleoscuro, El Pocito, Mata de Francia y Miranda del Castañar; cultivadas de forma que sus vinos lleven el sello ecológico certificado europeo.
Para eso, no se emplean herbicidas, insecticidas ni abonos químicos, conservando así la estructura del suelo, cobijando una infinidad de especies animales y vegetales y manteniendo todo el año una cubierta vegetal que protege la biodiversidad y el equilibrio biológico en el suelo y en la superficie.
Tierras que son ideales para cultivar las variedades a partir de las que se crean los vinos, utilizando levaduras autóctonas, haciendo los remontados por un depósito que se carga por gravedad, sin usar bombas en ningún momento e incorporando placas solares que producen más energía de la que se consume.
Una forma de lograr los vinos ecológicos Viñas del Cámbrico Rufete Blanco – Pizarra, Rufete Granito y Miranda Tinto; 575 Uvas; Cámbrico Rufete Granito El Pocito, Pizarra Valleoscuro; Cámbrico Rufete; Cámbrico Tempranillo; Solo 575 Uvas; Cámbrico Jamarón; Viñas del Cámbrico Rosado y Rufete Villanueva y Cámbrico Calabrés.
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