Bodegas Meler fue fundada por la familia Meler en Barbastro, Huesca con el propósito de recuperar de la historia familiar el cultivo de la viña y la elaboración de vino.
Un sueño que surge en una familia que ha estado vinculada a la agricultura durante siglos, tiempo en el que varias generaciones han crecido en la torre Meler rodeados de fincas de cereal, almendros y viñedos propios.
De allí que la bodega busca continuar con la tradición familiar al mismo tiempo que incorpora las técnicas más modernas en cuanto a la elaboración de vinos y cuidados de las tierras, con el fin de transformar en vino las uvas seleccionadas de los parajes más especiales.
El origen de los grandes vinos de Bodegas Meler se sitúa a una altitud media de 407 metros dentro de un enclave majestuoso y único, al suroeste de Barbastro, específicamente en Partida de Las Almunietas centro de la finca familiar.
Se trata de un conjunto de viñas divididas hasta la actualidad en tres zonas: Galafón con el paraje Los Galfones y El Travesero, La Almunieta con los parajes las Almunietas Alto, Almunietas Bajo y Frederic y, Permisán con paraje Permisán.
Parcelas amparadas bajo el mimo, el cuidado, el respeto, la sostenibilidad y su biodiversidad, tal que la finca se convierte en un terroir en el que existe un equilibrio entre la mano, la tierra y el clima.
Las mismas se caracterizan por un clima mediterráneo continental con inviernos fríos y veranos calurosos, cambios bruscos de temperatura al final de la primavera y del otoño y una precipitación y temperatura media anual de 600 mm y 15 ºC.
Además, posee suelos gipsisoles desarrollados sobre margas yesíferas con acumulaciones secundarias de yeso según la parcela, buen drenaje y una excelente aireación. Aspectos que permiten una maduración adecuada y determinan las propiedades diferenciales de las uvas y los vinos.
Son estas particularidades las que orientan el tipo de plantación dependiendo de los requerimientos de cada variedad y de cada suelo, ajustado al microclima influenciado por la Sierra de Guara, la Sierra de la Carrodilla, el Rio Vero y los Pirineos.
Así, se consigue cultivar las variedades Merlot, Cabernet Sauvignon, Syrah y Garnacha en cuanto a tintas y Chardonnay en blancas; las cuales proveen una gama de diferentes vinos clasificados en las colecciones:
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