Bodegas Viña Elena fue fundada en 1948 por el abuelo Francisco Pacheco al noreste de Murcia en Jumilla, época en la que ya hacía vino con una modesta prensa en el lagar de la casa.
Una actividad que más adelante pasó a manos de Paco Pacheco quien amplió el negocio edificando en 1978 una nave con grandes depósitos subterráneos que hoy día constituyen la zona de envasado y producto terminado.
Posteriormente, Paco hereda la empresa a la tercera y cuarta generación, quienes le han dado continuidad con la pasión por el vino que les caracteriza; combinando tradición y vanguardia, poniendo en práctica todo lo aprendido de las generaciones pasadas y aportando los conocimientos más innovadores y actuales en el proceso de elaboración del vino.
Viña Elena se ha caracterizado por ser una bodega que a lo largo del tiempo ha evolucionado en cuanto a la incorporación de las nuevas tecnologías, respetando la herencia y la tradición familiar.
Para ello cuentan con todas las infraestructuras desde sus inicios como la bodega 0 junto con la casa familiar, las cuales han sido restauradas y convertidas en La Casa de los Abuelos, donde los visitantes pueden ser partícipes de la historia y de la gran evolución generacional de la bodega.
Una restauración que pone en valor la antigua bodega, la casa donde la Familia Pacheco se ha criado, con el objetivo de enseñar cómo se hacía una vendimia y cómo se vivía en los años 30 y 40 en el campo, una forma de honrar la tradición desde el abuelo hasta la generación actual.
Se trata de un espacio pensado para personas que quieren vivir experiencias distintas y conocer realmente el territorio, la identidad, el carácter y las tradiciones de la zona. Razón por la cual, durante la visita se cuentan cosas que se pueden ver y palpar, sin trucos, con toda la honestidad que conlleva pertenecer a una zona agrícola y vinícola.
Un espacio gastronómico que pone el broche final a la visitas enoturísticas, en el que arquitectónicamente se ha respetado lo existente, tal que todas las estancias de la casa y su estructura y configuración permanecen como eran originalmente.
Sin embargo, por necesidades burocráticas y administrativas se han hecho transformaciones que dejan ver el contraste entre la parte moderna y los vestigios antiguos, sin ocultar ni imitar, con el fin de guardar su originalidad, en un ambiente rural que transporte a esa época.
Un lugar único que forma parte de las experiencias enoturísticas que los visitantes pueden disfrutar y que incluye la degustación como parte del menú gastronómico de los vinos que conforman las dos grandes gamas, Familia Pacheco la tradicional, cuyos vinos provienen tanto de viñedos propios cercanos a la bodega como de agricultores que aportan sus uvas desde hace más de 40 años.
Y, Bruma del Estrecho de Marín la colección de parcelas donde se experimenta e innova, un proyecto personal de Elena Pacheco e Isio Ramos que busca elaborar vinos 100% Monastrell de diferentes parcelas de la DOP Jumilla, vinos delicados, frescos y dinámicos.
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