Finca de Milmanda Vimbodí – Familia Torres fue fundada en 1870 en Vimbodí i Poblet, Tarragona por los hermanos Jaime y Miguel Torres Vendrell, con el objetivo de elaborar vinos honestos y hedonistas, que realzan la singularidad de su origen y la elegancia.
Los orígenes como viticultores de la familia se remontan al siglo XVI, época en la que se forja la identidad como bodega familiar y se comienza a transmitir de generación en generación a través de los vinos de prestigio internacional.
Desde entonces, cada generación ha enfrentado exitosamente los retos que el contexto histórico y social han impuesto, contribuyendo así con el desarrollo de la bodega, aunando innovación y respeto por la tradición, con la firme voluntad de perdurar en el tiempo.
Esta pasión por la cultura del vino, el respeto por la tierra y la tradición y la apuesta por la innovación ha trascendido de padres a hijos, siendo el fundamento que orienta las transformaciones y adecuaciones que se han hecho en el tiempo con el fin de mejorar los caldos. Así, en 1928, Juan Torres Casals, hijo de Miguel, sentó las bases de una larga tradición consagrada al arte de la destilación.
Posteriormente, Miguel Torres Carbó consiguió reconstruir las instalaciones y comenzar a embotellar vinos para expandirse por todo el mundo después de la Guerra Civil española. Luego, su hijo, Miguel Agustín Torres Riera, se incorporó al negocio familiar en 1962 para emprender un nuevo paradigma de calidad, respeto por la tierra y vanguardia enológica.
Ya para mediados de los años sesenta, se introducen las variedades francesas y se rescatan las ancestrales, recuperándose el patrimonio vitivinícola catalán.
El legado de Milmanda Vimbodí se ha mantenido y fortalecido en el tiempo, es así como a finales de los años noventa, Miguel y Mireia, hijos de Miguel A. Torres, lideraron nuevos proyectos vitivinícolas enfocados en la elaboración de vinos singulares originarios de viñedos y fincas históricas y en la recuperación de variedades ancestrales.
Para ello se adoptó la viticultura regenerativa para lograr maximizar el potencial de los viñedos con un modelo vitícola que permite capturar mayor cantidad de CO2 atmosférico y recuperar la fertilidad natural de los suelos, reducir la erosión y fomentar la biodiversidad y reducir la huella de carbono lo que contribuirá a que la bodega sea de emisiones cero antes del 2040.
Un compromiso con la sostenibilidad social, ambiental y financiera, aunando la tradición heredada con la constante innovación para encarar el futuro y cuidar la Tierra para las futuras generaciones, devolviendo a la naturaleza y a la sociedad lo que han dado, siempre con la visión que mientras más se cuida la tierra, mejor vino se consigue:
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