La D.O. Tarragona se encuentra en la parte nororiental de España, junto al mar Mediterráneo que influye directamente en la calidad de la uva de la comarca.
Desde el s. I d.C., desde Tarraco salen numerosas embarcaciones cargadas de ánforas con el vino de la zona y cuyo destino principal era la capital del Imperio Romano. También se exportaba a zonas de la Galia, Germania o Britania. Pertenecer al Imperio Romano sirvió como impulso para dar a conocer los vinos de la zona que posteriormente estarían amparados bajo la D.O. Tarragona.
Los cultivos de vid siguieron expandiéndose por la comarca pero en la segunda mitad del s. XIX, la aparición del oidio y la filoxera destruyeron una parte importante de los viñedos que hubo que replantar posteriormente. A esto se le sumó la creación de cooperativas que tuvo gran relevancia en tierras catalanas.
La DO Tarragona se creó en el año 1945 y dos años más tarde se aprobó su primer reglamento. La denominación nació para proteger vinos de licor, conocidos como Tarragona Clásicos. No fue hasta 1959 cuando se empezaron a proteger los vinos secos y semidulces.
Clima mediterráneo con influencia continental en la parte más alta del Valle del Ebro. Los viñedos se ven condicionados por la marinada y el mistral en la zona del campo de Tarragona y por el mistral en la zona de la Ribera del Ebro.
En el Campo de Tarragona los inviernos son suaves y los veranos muy calurosos, aunque la brisa marina suaviza la temperatura. La precipitación media anual en el campo de Tarragona es de 475 mm y de Ribera es de 650 mm.
En la Ribera del Ebro el invierno es frío y el verano caluroso con gran cantidad de horas de luz solar.
Las variedades de uva blanca en la DO Tarragona abarcan un 83% de la superficie total de los viñedos, mientras que el 17% corresponde a uva tinta.
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